Lo mejor que puedo ofrecerle, soy yo

Llevaba ya muchos días pensando que tenía que escribir este post y hablar sobre un tema que, en el fondo, creo que nos afecta a todos (hombres y mujeres; trabajadores o no; jóvenes o ancianos... a todos).

Hoy quiero hablaros de la denigrante baja de maternidad que tenemos en España: 16 semanas. Que no llegan a 4 meses. 

Un crimen.

Las mamás de hoy en día lo tenemos muy difícil (y nuestros bebés más). Con menos de 4 meses el Estado determina que mamá tiene que volver a trabajar y que el bebé ha de quedarse con quien sea necesario.

Como muchos sabrán, las mamás no dedicamos nuestra baja de maternidad a dar largos paseos y a disfrutar de nuestros peques bajo un sol primaveral. 

Nos dedicamos a intentar adaptar nuestro cuerpo a un enorme cambio físico y hormonal tras el embarazo y el parto. 

Nos dedicamos a conocer a esa nueva persona que es nuestro bebé. Nos dedicamos a estar las 24h del día pendiente de una criatura que, aunque alguno se salga de la norma, llora, se ensucia, se pone malito, quiere brazos y no suele dejarte mucho tiempo para dormir o comer (ya no te digo para el ocio y el disfrute). 

Nos dedicamos a pegarnos con una lactancia materna o con la esterilización de biberones (lo que cada una libremente elija). Y si queda tiempo, ponemos una lavadora y nos duchamos.

El Estado Español piensa que con 16 semanas es suficiente, que ya están listos para conocer el mundo, aunque la OMS recomiende una lactancia exclusiva hasta los 6 meses.

No sabéis la pena con la que mi bebé me mira desde la ventana de la casa de su abuela cuando cada mañana le “abandono” allí, ahora que tanto me necesita. Me imagino las mamás que no tienen esa suerte y han de dejarlos en manos de desconocidos.

No sabéis cómo me abraza cuando llego a casa, y cómo se pega a la puerta cuando por lo que sea me retraso unos minutos.

Cuando le vuelvo a tener en mis brazos me abraza muy fuerte y mucho rato porque me necesita, porque ha estado muchas horas echándome de menos.

Y yo me siento la peor madre del mundo (aunque sea mentira) por no ofrecerle lo mejor siendo tan pequeño. Porque lo mejor que puedo ofrecerle, soy yo.

Las mamás actuales, hilando muy fino, a veces conseguimos ampliar esas 16 semanas con los días de lactancia o las vacaciones de verano, pero sigue siendo insuficiente. Tenemos que trabajar, ya no vale un solo sueldo. Cogernos una excedencia o reducirnos la jornada no siempre es posible.

A ver si de una vez tocamos las fibras a quienes puedan cambiar esta situación. Ya sé que cambiar las cosas en este país es demasiado complicado, si son a mejor. Pero tengo la esperanza de que poco a poco, y ahora ayudados por el aumento de la baja para los papás, consigamos que la nuestra se amplíe hasta el año.