Tenía que escribir este post para contaros todos los avances que hemos hecho en las clases de Matronatación, y la verdad, no sabía de dónde sacar el tiempo. Pero por fin aquí está. He conseguido unos minutitos tranquila para narraros nuestras últimas experiencias.
La
media hora de Matronatación es la más esperada por mi bebé en toda la semana.
Cuando me ve en formato croqueta con la mochila de deporte, él ya sabe dónde
vamos, y todo el trayecto en coche va diciendo pisci… agua…pato…
La
verdad es que estoy muy contenta en este tema. Uno de mis mayores temores,
aparte de no saber cómo hacer en el vestuario con él, era si realmente mi hijo
estaría receptivo a este tipo de actividad. Y la verdad es que sí lo está. ¡Le
encanta!
Por
otro lado, hemos depurado la logística a ejecutar y la equipación a llevar.
Seguro que os comenté que le dan miedo las duchas de presión del vestuario… Así
que como no nos podemos duchar, hemos eliminado una gran parte del ajuar
inicial.
Aquí os
dejo la lista actualizada de todo lo que llevamos (que sigue sin ser poco).
Lista actualizada de todo lo que llevamos:
➤ Mochila | ➤ Bolsas de aseo |
➤ Toalla mamá | ➤ Cepillo mama y peine bebé |
➤ Toalla bebé | ➤ Cambiador de neopreno |
➤ Albornoz bebé | ➤ 2 Pañales normales |
➤ Bañador de mamá | ➤ Toallitas de bebé |
➤ Pañal antifugas | ➤ Crema de culo |
➤ Chanclas mamá | ➤ Pijama de bebé |
➤ Escarpines bebé | ➤ 2 Pañales de piscina desechables |
➤ Candado de combinación | ➤ Bolsas de plástico |
Os cuento cómo procedemos un día normal de Matronatación mi enano y yo:
①Salgo
de currar a toda pastilla dirección a mi casa. No os creáis que me es sencillo,
tengo el trabajo a 1h en coche (atasco incluido), pero cualquier gota de
lluvia, control de policía, accidente, mosca volando o evento inesperado puede convertir esa
hora en una pesadilla de 2 o 3 horas.
②Aparco en el garaje y subo a casa. Lo primero: un beso amoroso a los hombres de mi vida. Lo segundo, un pis y ponerme el bañador… ¡Y no olvidar meter en la mochila mi ropa interior!
③Cojo al enano (Papá le tiene listo) y la mochila y salgo pitando de nuevo hacia el centro deportivo, a unos 10 minutos en coche. Pugno por aparcar lo más cerca posible (normalmente no lo consigo).
Si aparco cerca, solo cojo al niño y la mochila (versión tortuga ninja). Si aparco lejos, me pongo la Ergobaby delante y meto al niño en ella, y me pongo hacia atrás la mochila de la piscina (versión albóndiga). Nos metemos en el complejo deportivo.
④En los vestuarios antidiluvianos hay una pequeña sala, con puerta, antes de entrar a los vestuarios propiamente dichos. Me meto ahí de cabeza y cierro la puerta (ya no se me escapa el enano). Yo me quito mi ropa y me pongo mis chanclas. Le desvisto y le pongo su bañador y sus escarpines. Cojo mi gorro (él ya no se lo pone) y lo engancho en el tirante de mi bañador. Cojo el candado, mi toalla, su albornoz, silencio el móvil y cojo mi mochila. Accedemos a los vestuarios propiamente dichos y guardamos la mochila en la también antidiluviana taquilla, le pongo el candado y listo.
Lo más difícil ya está hecho
⑤Como le dan miedo las duchas (tanto si se moja él como si me mojo yo), pero tenemos que entrar duchados, lo que hacemos (Dios nos perdone) es simular que nos hemos duchado.
Me pongo
el gorro y dejo a mi enano en el suelo medio segundo, lo justo para apretar el
pulsador de una de las duchas y meterme debajo del chorro unos instantes. A
continuación, cojo a mi enano y le abrazo para mojarle un poquito, incluido el pelo.
Le envuelvo
en una toalla (nadie sospecharía de un bebé envuelto, quedan adorables) y
salimos para el tanque.
Prueba
superada. La raspa de la piscina que determina si vamos lo suficientemente
mojados o no está de acuerdo y nos da paso.
⑥Nos encaminamos al fondo, al taque pequeño donde hacemos Matronatación, a esperar nuestro turno. Dejamos allí, en zona seca, mis chanclas (él puede acceder con los escarpines), la toalla y el albornoz.
¡¡Y a disfrutar!!!
⑦Una vez hemos acabado la actividad, bien cansaditos pero con una gran sonrisa, llega la hora de hacer la operación inversa. Amantujados con la toalla y el albornoz, recorremos el camino hacia el vestuario (la chica raspa ya no nos dice nada). Lo primero que hacemos es coger nuestra mochila y abandonar la posesión de a taquilla para siempre.
En los
vestuarios hay cambiadores de bebé, pero no tantos como son necesarios tras una
clase de matronatación. A mi no me hacen falta, prefiero un banco.
Elijo
el banco que monopolizar (en serio), y dejo allí mi mochila. Lo primero que
hago es sacar su cambiador de neopreno y extenderlo en el mismo banco, al lado.
Me he dado cuenta de que el truco es cambiarle primero a él, y luego yo.
⑧Como el terror no nos deja ducharnos (ya lo haremos en casa), le seco bien y le pongo su pañal y su pijama (sí, me llevo el pijama, por si se duerme…ya le ducharé mañana). Le pongo sus zapatillas (no quiero que pise ese suelo descalzo) y sobre una toalla seca le dejo bien sentadito con su botella de agua, mientras a trocitos le voy dando un bollito (es importante írselo dando a trocitos, porque si se lo dejo entero, se lo come de un bocado y se pira a investigar por ahí).
Mientras
está sentadito, cansado de la actividad y de lo intempestivo de la hora, con su
agua y su bollito, aprovecho para secarme y vestirme rápidamente. Meto todo
lo mojado en las bolsas de plástico y saco las llaves del coche, las gafas de
ver y le doy volumen al móvil.
Todo
esto mientras le voy dando trozos de bollito.
⑨Yo acabo en un pispas. Volvemos a ponernos en formato tortuga ninja o croqueta y nos encaminamos, cansados pero felices, a por el coche.
⑩Cuando
llegamos a casa, el Papá le da un baño al enano mientras yo aclaro y tiendo la
ropa que traigo mojada. Luego me toca ducha a mí, mientras el peque cena.
Y esa
es la logística que seguimos cada sesión de Matronatación. Es la que he visto estos
días que nos funciona al 100%, nos hace a los dos estar tranquilos y disfrutar realmente del tiempo de baño.
¡Espero
que os haya gustado! Qué técnica usáis vosotros?
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